Comprometido con las causas populares

 

485917_620993757916970_1553526133_n - copiaSe llevó a cabo en Plaza Artigas un homenaje a Armando González Ferrando escultor del monumento a José Gervasio Artigas ubicado en ese lugar.

En primera instancia se hizo una reseña histórica de quién era Armando González por parte del Profesor Nelson Jaques.

De origen humilde, autodidacta, activo militante político, Armando González (Gonzalito) fue un artista plástico integral comprometido con las mejores causas populares, desde el apoyo a la república española y la lucha contra el fascismo, hasta el combate a la dictadura uruguaya pasando por la solidaridad con la Revolución Cubana.

Había nacido en 1912, en un hogar proletario y debió trabajar siendo aún casi un niño; pero su fuerte vocación lo llevó a seguir cursos nocturnos de dibujo y escultura entre 1922 y 1926 con el maestro Luis Falcini en la Escuela Industrial de Montevideo.

En 1926, logra obtener, con tan solo 14 años, el segundo premio en el concurso de medallas para la Exposición de Industrias Nacionales. De aquí en adelante los artistas renombrados y los críticos van a acostumbrarse a escuchar el nombre de Armando González compitiendo y logrando los primeros premios en concursos. En 1959 había conquistado 30 premios y quizás el más importante conseguido fue el de “Gran Premio (medalla de oro) de Escultura del Salón Nacional de Bellas Artes”, por su yeso “Niña”.

Fue fundador y dirigente de primera de la Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (Aiape) y a él se le debe buena parte de la tradición de lucha de los plásticos uruguayos. Además, en su taller ubicado en Malvín, en la calle Concepción del Uruguay (donde estaba el Arroyo Malvín) a pocas cuadras de la Rambla, se realizaban tertulias de artistas; y más tarde, cuando la dictadura había prohibido toda manifestación política, ese taller de Malvín fue centro de reuniones clandestinas.

El Profesor Jaques dijo que la obra de “Gonzalito” instalada en Plaza Artigas es una gran obra. La idea original era que la escultura estuviera al alcance de las personas, una estructura de forma piramidal con varios niveles y en el fondo la estatua, de tal modo que la gente pudiera estar en contacto directamente con la obra, eso no fue respetado por la dictadura, la sacaron del lugar donde estaba la estatua, frente a su taller, la trasladaron a Artigas y la ubicaron en Plaza Artigas, cuando el lugar previsto era donde está hoy la representación escultórica a Juan Zorrilla de San Martin